¿Sabes cómo hablar a tu hijo adolescente?
Cuando habléis a vuestro hijo adolescente, antes debéis informaros bien de lo que supone ser madre y padre de un adolescente y lo que se espera de los padres en esta etapa de su vida y de la vuestra.
Habla con tu hijo en un entorno tranquilo y sin demasiadas interferencias. Un clima de tranquilidad favorece la escucha positiva mutua.
- Habla con tu hijo siempre a solas y sin prisas; si no tenéis suficiente tiempo, dejarlo para otro momento mejor.
- Habla con tu hijo sonriendo pero sin caer en la carcajada nerviosa; si estáis nerviosos o enfadados dejarlo para otro momento mejor.
- Habla con tu hijo intentando mantener el mismo tono de voz desde el principio hasta el final, pase lo que pase. Si estáis tristes o demasiado eufóricos buscar otro momento mejor.
- Habla con tu hijo manteniendo en todo momento el contacto visual, no esquives su mirada y marca bien el territorio visual entre los dos.
- Habla con tu hijo no siendo su amigo sino su amable madre/padre; si solo le transmitís amistad os quedareis a medio camino en su educación, pudiendo correr el riesgo de ser malinterpretados durante la conversación.
- Habla con tu hijo por espacios cortos de tiempo pero dejando claras vuestras responsabilidades como padres y los limites de sus decisiones como hijo.
- Habla con tu hijo sin ponerte de ejemplo como persona admirable a seguir; solo debéis ser ejemplares desde el esfuerzo como padres para poder dar valor humano a vuestra conducta.
- Habla con tu hijo mostrándole no solo vuestras fortalezas sino también vuestros errores o debilidades de juventud, entenderá que no te vas a asustar de nada y que siempre le querrás a pesar de sus errores y no solo por sus perfecciones.
- Habla con tu hijo sin tener miedo a tratar cualquier tema, si de algún tema que el tiene interés no sabéis ayudarle, nunca le mintáis o intentéis quedar bien con él, respondiéndole cosas que realmente no sabéis o no conocéis bien.
Hablemos de lo que debamos hablar sin miedo a equivocarnos, porque en educación es mejor equivocarse haciendo que no hacer nada por temor a equivocarse