Hay personas que siempre tienen pequeños motivos para ser felices y también hay personas que siempre tienen pequeños motivos para quejarse. Lo importante no es la cantidad ni la calidad del motivo de las quejas, sino la actitud de como nos enfrentarnos a las distintas circunstancias de cada día.
El hombre está mas y mejor preparado para ser feliz que para el sufrimiento. La persona que sufre no percibe las cosas de la misma manera que el que sabe superar las dificultades con optimismo.
«La felicidad consiste en estar contento con uno mismo. Toda alegría es siempre relativa, no absoluta, pues depende de muchas circunstancias de alrededor» Enrique Rojas.
La persona que es capaz de asumir una felicidad razonable es mucho mas feliz que el que tiene una felicidad insaciable que siempre quiere mas de él, de los demás y de la vida. Entre la felicidad razonable y la felicidad insaciable están las personas que están siempre quejándose:
Su vida es una queja constante, hasta lo positivo tiene un pero. Se comparan con los demás, se quejan de lo que anhelan y no tienen, pero no se valoran en su justa medida lo que si tienen y probablemente los demás no lo alcanzaran nunca.
Hay 3 tipos de quejas:
- Queja física: Cuando la queja es por dolor físico tiene un valor positivo, porque probablemente es una alerta que nos avisa de un problema de falta de salud. El dolor, la fiebre y el malestar son quejas buenas para una mente sana.
- Queja emocional: Cuando la queja es de una manera desproporcionada a la situación de tal forma que mediatiza el entorno alrededor de su persona a través de sentimientos siempre negativos o alarmistas o cuando uno no ha conseguido lo que quería de los demás y no le han dado la razón.
- Queja afectiva: Cuando la queja se utiliza para inspirar lástima o pena al servicio de sus carencias afectivas. Intenta proyectar su infelicidad en los que le rodean para rodearse de un aura de victimismo que consiga atrapar a los otros.
Cuando la queja de una persona no es consecuencia de una enfermedad psicológica o mental, entonces «intoxica el ambiente generando tristeza o pena alrededor»
Si la persona que se queja además tiene un rango superior a las personas con las que trabaja, convive o se relaciona, la difusión negativa de su queja es superior y mas influenciable en los demás.
Si un superior consigue réditos en sus colaboradores, con esa actitud de queja, terminará por instrumentalizar su felicidad insaciable para así conseguir mas ventajas de los demás a precio de queja.
Por ejemplo, conseguir que la gente trabaje con sensación de no hacer nada bien o insuficiente para con ello conseguir de las personas que trabajan para él, que dediquen mas tiempo del necesario intentando satisfacer a su superior.
Por ejemplo que unos padres estén siempre quejándose a sus hijos de que no han hecho suficiente, hace que los hijos no se atrevan a pedir algo algo a sus padres, porque tienen la sensación de que no se merecen pedir nada a sus padres.