Nuestra cultura occidental nos muestra que desde hace muchos años, existen algunos mujeres y hombres, que con su tipo de pensamientos y sentimientos, nos exhiben funestos testimonios provocados por la falta de una buena conciliación entre los dos sexos de nuestra especie; esto es, en todo lo que se refiere a la mala relación que con frecuencia parece prevalecer entre los hombres y las mujeres.
La conciliación hombre y mujer es una filosofía contra el feminismo y el machismo
Parece como si cualquier relación humana pudiera llegar a ser mejor que la relación humana entre hombre y mujer. Como si de verdad los hombres y las mujeres estuviéramos abocados al fracaso en nuestras relaciones personales y no estuviéramos llamados a entendernos y comprendernos desde una sana compatibilidad de cuerpos sexuados y sus correspondientes almas, a la que todos debiéramos tender por naturaleza.
Las diferencias no debieran ser carencias, sino potencias para el mutuo acoplamiento personal
Si fuéramos capaces de valorar objetivamente las habilidades y las capacidades reales que existen en estas dos formas de una misma naturaleza, el hombre y la mujer, sería también mas fácil para todos encontrar y aunar los puntos de encuentro comunes, superponibles y plenos que pueden también mayoritariamente llegar a dominar nuestra convivencia.
La relación entre hombre y mujer no debiera ser una mediocre alternativa para vivir en sociedad. Este objetivo se podrá alcanzar cuando consigamos que hombres y mujeres podamos ser capaces de formar un mismo tandem, entonces a todos nos sera más fácil entendernos en determinados aspectos de la vida donde la buena relación entre un hombre y una mujer es de vital importancia.
El futuro no está en la competición, el «trepamiento», la rivalidad o la batalla campal personal o laboral, basada todavía en ideas del pasado y del presente en favor o en contra del sexo femenino o masculino, sino que por principio y mientras no se demuestre lo contrario, nuestras relaciones deberían siempre permanecer en buena armonía y concordia.
Hoy más que nunca el éxito se alcanzará al formar equipos de hombres y mujeres con un pensamiento abierto a la diversidad de formas y maneras tanto de actuar como de pensar en los ámbitos del trabajo, del ocio, la familia.
A esta nueva forma de percepción de la vida, ha de llegarse principalmente con el esfuerzo de nuestra voluntad por querer mejorar activamente cada uno de nosotros en:
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- Reconciliarse con uno mismo.
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- Reconciliarse con los de tu mismo sexo.
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- Reconciliarse con los del sexo contrario al tuyo.
¿Cómo?
Empezando por desterrar en nuestro vivir, y en nuestro pensamiento, de cada día, todos los complejos de superioridad o inferioridad que existen por el solo hecho de ser hombre o mujer, y que nosotros podamos haber asumido y fomentado de alguna manera por otras influencias externas como pueden ser algunas costumbres, chistes, tradiciones, bromas, etc
Solo con este saludable disposición, podremos haber empezado a vivir acertadamente una verdadera conciliación de hombre y mujer.
Una vez superadas ciertas modas y modos nuestro pensamiento podrá intentar entenderse con el otr@ buscando siempre la proporcionalidad entre los hechos y las personas de cualquier sexo y en consecuencia encontrar esa equidistancia necesaria para una buena relación personal, laboral o familiar.
La búsqueda de la proporcionalidad ha de ser una actitud permanente y omnipresente en nuestras vidas.
Ser proporcional en tus sentimientos y pensamientos no consiste en que lleguemos a ser tan ambiguos que nos hagamos maestros del relativismo, o que acabemos siempre «nadando entre dos aguas» o bien que acabemos teniendo la tendencia de » arrimarnos al sol que más calienta».
Se trata de intentar ser justo tanto con los hombres como con las mujeres de una manera no igualitaria y sí equitativa , sin dejarse llevar por etiquetas como:
«Todos los hombres son SIEMPRE iguales»
«A las mujeres no hay quien las entienda NUNCA».
Antes, este tipo de frases podían ser motivo o causa de justificación ante un conflicto entre hombres y mujeres donde lo importante era ganar al otro, a precio de outlet.
Hoy, este tipo de expresiones nos dice muy poco bueno de quien las pronuncia. El que llega a estas conclusiones, le falta mucho recorrido para empezar a reconciliarse primero consigo mismo y para después conciliarse con los demás.
Objetivo: hacer un tándem hombres y mujeres, como una nueva filosofía de vida integral.
Una filosofía de vida que se base en la proporcionalidad de los hechos y las personas, no debe caber ni el feminismo ni el machismo
Ambas posturas son posturas radicales y propias de unos tiempos que hoy ya no debieran seguir funcionando, porque ya han sido sustituidas por otros procedimientos que nos inclinan antes a la comprensión y al respeto del otro como persona, que a tener que posicionarte frente al otro en función de su sexo y sus posibles limitaciones.
Existen movimientos sociales que luchan de manera extrema por unos determinados derechos de la mujer o del hombre, dichos movimientos nos pueden querer llevar a trasvestir aparentes avances sobre igualdad entre el hombre y la mujer hasta confundirnos con otros tipos de discriminación en favor de unos pocos y pocas cuando en realidad el nuevo avance puede no representar a una gran mayoría de hombres y mujeres, y tampoco perseguir de forma efectiva la paz social entre nosotros, sino conseguir alcanzar un nuevo modelo de rivalidad entre unos y otros.
Llevamos poco más de un siglo de feminismo, y muchos más años de machismo, que debemos cambiar uno a uno y cada uno de nosotros transformando nuestras formas de pensar y de vivir.
Si uno no vive como piensa, acaba pensando como vive.
Demostrémonos a nosotros mismos, hombres y mujeres, que solo por la vía de la inteligencia y la voluntad y gracias a nuestra propia naturaleza, podemos conciliarnos con nosotros y entre nosotros para dar a la sociedad la mejor relación posible dentro de nuestra especie.
Apostemos por la proporcionalidad de pensamiento como filosofía de vida desde el respeto y la libertad a cada persona.
Reinventa este nuevo espíritu de conciliación y entendimiento desde la intimidad de tu familia: con tu mujer o marido, tus hijos o tus hijas, tus hermanos o tus hermanas y todos los demás. Renunciando a etiquetas obsoletas que todavía existen, para poder contemplar las diferencias entre hombres y mujeres, sin tener que renunciar a la autoridad y prestigio que debamos mantener en nuestro trabajo, entre nuestros amigos y con nuestra familia.
Hay 3 principios básicos que garantizan el poder alcanzar una vida compatible con tu desarrollo personal como hombre y como mujer en medio del mundo
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- comunicación+compatibilidad=conciliación
- Para anular 3 principios que debemos desterrar nuestro día a día en nuestras relaciones humanas
- competitividad+confrontación=controversia
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¿Te interesa este tema? Te invito a leer el post anterior y posterior a esta serie
Nuestra FAMILIA-nuestro trabajo-nuestro colegio-nuestro HIJO (I/III
Como conciliar el trabajo y el ocio con tu familia (II/III)