Tenerse el uno al otro da sentido a la vida de cada familia. En la vida de cada familia, es más importante el apoyo y la confianza mutua en el matrimonio que el amor a los hijos.
Saberse querido y respetado por el otro es mucho más que compartir, la nevera, la tarifa plana del móvil o el mismo cuarto para dormir. Es llegar a ser el alter ego.
Tenerse el uno al otro, contribuye también a dar estabilidad y paz a tu alrededor es hacer vida de familia desde la cabeza a los pies de cada hogar.
La vida de familia no se da ni se recibe, se hace.
Para conseguir vivir amando cada día, hay que inventarse los momentos y huir de la rutina y la susceptibilidad cotidiana, en definitiva conseguir: Soñar despierto.
No se debe vivir disfrutando sólo de los beneficios que tiene vivir en familia y a la vez vivir como si no hubiéramos establecido ningún tipo de relación o vínculo afectivo con nadie.
El auténtico amor es incompatible con la soledad como única compañía.
Carlos Baute, «Quién te quiere como yo»